El Cenozoico es la más reciente de todas las eras, la última y
también en la más breve de todas. Por supuesto, es la era en la que nos
encontramos. Su nombre significa “vida nueva”. Las apariciones y desapariciones
de fósiles ayudaron a los científicos a relacionar las rocas encontradas en
distintas partes del planeta donde aparecían los mismos fósiles. Así se pudo
establecer un primer criterio para edad para las rocas, en este caso
clasificándolas únicamente de más antiguas a más modernas, ya que todavía no se
había diseñado la técnica basada en la radioactividad natural que permitiría
poner una fecha absoluta a las rocas.
Esta era comienza tras la extinción del Cretácico- Paleógeno y con
la recuperación de los ecosistemas tras la devastación producida por el impacto
del asteroide. No solo se recuperaron los ecosistemas que quedaron directamente
afectados, sino también aquellos que sufrieron años de oscuridad por el polvo y
las cenizas que cubrieron por completo la atmósfera terrestre.
Es en esta era cuando los continentes se mueven hacia sus
posiciones actuales tras la ruptura de la Pangea a principios del Mesozoico. La
India choca contra Eurasia y forma la cordillera del Himalaya. Europa y América
colisionan formando los Alpes.
Y se inicia la glaciación de la Antártida hace unos treinta y
cuatro millones de años, aunque a principios de esta misma era pudiésemos
encontrar, en lo que es hoy la Antártida, bosques templados de palmeras y
baobabs, evidencia de un abrupto cambio climático.
El Cenozoico es, por definición, la era de los mamíferos, ya que reemplazan a los reptiles como animales dominantes en tierra firme. Aunque, siendo justos, también será la era de las aves, descendientes evolutivos de los dinosaurios, que experimentan una gran expansión durante esa era. Asimismo, también ocurre un cambio importante en las plantas terrestres: las plantas con flor, conocidas como angiospermas, se vuelven dominantes frente a las plantas con semilla o gimnospermas. Este hecho se relaciona, probablemente, con la evolución de los insectos, especialmente los polinizadores, que ayudarán de una manera crucial a la reproducción de las plantas con flor.
En general, el Cenozoico es un periodo de enfriamiento global que sirve para dar paso a las glaciaciones cuaternarias, aunque esta era todavía hay unos cuantos episodios cálidos. Este descenso global de las temperaturas vendrá mediado, en parte, por el cambio en la posición de los continentes, que altera los patrones de circulación de las corrientes oceánicas.
Pero no solo eso. La colisión de las distintas masas
continentales, fenómeno responsable de la formación de muchas cordilleras,
contribuye a su vez a bajar las temperaturas, ya que la meteorización de estas
nuevas montañas por acción del agua consume una importante cantidad de dióxido
de carbono. Este elemento se extraerá de la atmósfera, donde funciona como gas
de efecto invernadero, y pasará a formar nuevos minerales o acabará en los
océanos.
Con este capítulo no cerraremos el Cenozoico por completo.
Describiremos lo que ocurrió en el Terciario, y dejaremos el último periodo, el
Cuaternario, para el siguiente, puesto que es un episodio fundamental de
nuestra historia como especie; es donde aparece el hombre moderno, y donde
clima y geología desempeñan un papel fundamental en nuestra evolución.
La crisis de salinidad del Messiniense: cuando el mediterráneo se
quedó en un charco.
En la década de los setenta, una expedición oceanográfica que estudiaba las profundidades del Mediterraneo descubrió que bajo el fondo del mar existían grandes depósitos de sal. Algunos superaban los tres mil metros de espesor a muy poca profundidad por debajo del suelo. Por un lado, esto quería decir que las sales tenían que haberse depositado en un periodo reciente debido a la poca profundidad, pero , por otro, significaba que tuvo que ocurrir una gran catástrofe que provocara el depósito de todas esas sales en un mar que hoy día está abierto. Para que nos hagamos una idea, durante ese periodo, los océanos de la Tierra perdieron en torno al 5% de su contenido en sales, que quedaron almacenadas en el fondo del mar Mediterráneo.
No solo eso. Cuando comenzaron a realizarse los primeros mapas detallados del fondo del Mar Mediterráneo, los científicos vieron aparecer grandes cañones que llegaban hasta el fondo del mar ¿cómo podía explicarse la presencia de unos cañones que parecían seguir el curso de los ríos de desde su desembocadura? Estos datos parecían indicar que el Mediterráneo habría estado prácticamente seco durante al menos trescientos mil años, dejando un gigantesco valle árido en lo que hoy es el mar.
¿Cómo había sido posible? Para que se hubiese producido esta
formación de sales a tan gran escala tenía que existir un período en el que la
evaporación hubiera sido tan grande que el agua del Mediterráneo fuese
volviéndose cada vez más salada, hasta precipitar en el fondo del mar. Esto
parecía indicar que se evaporaba más agua de la que entraba al mar, pero eso no
tenía ningún sentido, salvo que la temperatura de la tierra hubiera sido elevadísima,
cosa que no había ocurrido.
La única explicación era que, durante alguna época, la entrada de
agua desde el Atlántico tuvo que estar restringida, de tal manera que el
Mediterráneo quedase completamente cerrado, recibiendo únicamente el agua de la
lluvia y la aportada por los ríos que desembocaban en él.
Una de las teorías más aceptadas sugiere que hace unos seis-siete
millones de años, lo que en la actualidad es la zona próxima al estrecho de
Gibraltar comenzó a elevarse por la colisión entre la placa euroasiática y la
africana, lo cual cerró el paso de las aguas del océano atlántico. Pero no solo
eso, sinó que una bajada generalizada de los niveles del mar producida por un
descenso de las temperaturas y por el crecimiento de los hielos de la Antártida
pudo ayudar también a aislar el mar del océano.
Hay otra teoría que propone que el puente de tierra que cerraba el
paso del Atlántico estuvo situado en otra zona. En lo que parece que sí
coinciden todos los investigadores es en cómo acabó esta crisis de salinidad:
con una entrada catastrófica de aguas al Mediterráneo.
Algunos autores sugieren que el Mediterráneo pudo llenarse tan
solo en dos años, al subir el nivel del mar a un ritmo aproximado de diez
metros al día. El agua entraría a una velocidad de 300 km/h , generando al
mismo tiempo una gran erosión, que en algunos casos sería tan intensa que
devolvería parte de las sales capturadas a l agua del mar. En algunos lugares
aislados pudieron incluso formarse cascadas de más de mil metros de altura cuando
el agua llegaba a algunas zonas elevada con respecto a alas zonas más profundas
del mar. Sin duda, un evento geológico digno de observar.
Pero esta época de nuestra historia reciente dista mucho de estar
resuelta. Sabemos que el secado del Mediterráneo no fue continuo, sino que
ocurrió en varias etapas en las que el nivel del mar fluctuó hasta en más de
mil metros, provocando ciclos en la deposición de las sales, algo que todavía
precisa una explicación coherente. Así pues, todavía hay un final abierto ¿ Y
sí después de todo , no llegó a secarse totalmente?
La formación del Himalaya: el techo de la tierra.
La cordillera del Himalaya mide más de dos mil cuatrocientos
kilómetros de largo por ciento cincuenta de ancho, una monstruosidad si lo
comparamos con una cordillera como los Pirineos, que apenas llega a los
cuatrocientos kilómetros de largo por unos cien de ancho. Además es la única
del mundo en la que existen picos que superan los ocho mil metros.
Aquí tenéis una animación sobre el movimiento de placas de la época en la que se formó el Himalaya
Hace unos ciento treinta millones de años, durante el Mesozoico, la placa que formaba la India comenzó a moverse hacia el norte a gran velocidad, a veces superando los quince centímetros por año. Hace ochenta millones de año, la India se encontraba ya tan solo a unos seis mil kilómetros del continente euroasiático. Pero hace alrededor de cincuenta millones de años comenzó a bajar su velocidad en torno a cinco centímetros por año. Esta reducción de la velocidad nos indica que la colisión entre la India y el continente ya estaba iniciándose, y que la resistencia de las rocas empezaba a influir en la colisión. Consiguientemente, parte de estas rocas se superpusieron unas sobre otras, como si la placa de la india fuese como una gigantesca pala quitanieves, y eso aumentó el grosor de la corteza. En el Himalaya la corteza llega a más de 75 kilómetros de espesor, cuando la media está entre 20 y 30 km. Esta colisión ha hecho que la India se reduzca en más de mil kilómetros de longitud desde que empezó a chocar.
En ESTE link podréis ver una animación en la que se ve muy bien este proceso de plegamiento y levantamiento de los sedimentos que habían entre los dos bloques.
La cordillera del Himalaya crece en altura a un ritmo aproximado
de un centímetro por año, pero la erosión va prácticamente al mismo ritmo, por
lo que no esperamos verla crecer mucho en los próximos años. Si lo pensamos en frío, sino hubiese erosión,
en un millón de años crecería diez kilómetros. A modo de comparación, en el
mismo periodo Sierra Nevada solo crecería unos doscientos metros. Sin embargo,
a lo largo del tiempo ha habido periodos en que el crecimiento del Himalaya ha
superado a su erosión, en función de multitud de factores, especialmente
ligados a factores ligados a la dinámica de nuestro planeta, que hacen que las
cadenas montañosas sigan creciendo o se mantengan; si se detuvieran estos
movimientos, la erosión acabaría transformando incluso las cordilleras más
grandes en simples llanuras.
Precisamente la velocidad de colisión entre las placas podría ser
uno de los factores importantes a la hora de crear montañas, ya que las rocas
no se comportan de la misma manera a las distintas velocidades. Me explico.
Cuando vamos pro la calle y pisamos un escalón de mármol, este no se deforma,
al menos aparentemente. En cambio, si cogemos el recubrimiento de mármol de
este escalón y lo tiramos contra el suelo, acabará rompiéndose porque se
comporta de una manera frágil, ya que hemos aplicado una fuerza casi
instantánea al golpearlo contra el suelo.
Si, por el contrario, aplicásemos una gran fuerza sostenida sobre el
mármol a lo largo del tiempo geológico, este, a la larga, podría deformarse e
incluso plegarse como un folio; incluso le costaría menos plegarse si estuviera
sometido a unas mayores presión y temperatura, como las que hay en las
profundidades de la corteza.
Esto es muy importante no solo para el crecimiento de la montaña,
sino a la hora de estudiar e intentar predecir la actividad sísmica. Los
estudios más recientes sugieren que la magnitud y la frecuencia de los terremotos,
especialmente en zonas como el Himalaya, donde se está produciendo una colisión
activa entre dos placas, están directamente relacionadas con la velocidad de
colisión entre estas dos placas; de la misma manera que el mármol se comportará
de una manera frágil o podremos deformarlo dependiendo de con qué rapidez
apliquemos esa fuerza.
MIrad este vídeo tan ilustrativo sobre este proceso
Zelandia, un continente perdido
Es cierto que conocemos peor el
fondo de los océanos que la superficie de la Luna. A pesar de los increíbles
avances tecnológicos de las últimas décadas, estudiar con detalle el fondo
oceánico sigue siendo un reto mucho mayor que enviar un satélite a nuestra
vecina cósmica.
A la hora de estudiar los fondos
oceánicos nos enfrentamos a varios problemas importantes. Por un lado, los
fondos son invisibles a la vista, ya que están bajo el agua. Son precisamente
las grandes profundidades y las presiones asociadas las que nos dificultan
mucho el acceso con la tecnología actual, ya que muy pocos submarinos son
capaces de llegar a estos lugares. Por otro lado, está la gran superficie que
ocupan los océanos, así que probablemente necesitaríamos décadas para poder
explorarlos en detalle.
Por eso tenemos que depender de
muchos datos indirectos para poder estudiar los océanos. Uno de ellos es
precisamente conocer cómo es el fondo y que distancia se encuentra, como en un
mapa topográfico de la superficie de la Tierra. Así podemos dibujar las fosas,
las cordilleras y otras formas submarinas, e intentar averiguar su origen y sus
relaciones.
Gracias a los estudios de las elevaciones
submarinas, especialmente los datos obtenidos en los últimos cuarenta años, los
científicos afirman haber descubierto un nuevo continente, el séptimo, del que
forma parte Nueva Zelanda. Este continente, que conocemos como Zelandia y que
tendría una superficie similar a la de la India, empezó a sumergirse hace unos
sesenta millones de años. De hecho, podríamos decir que Nueva Zelanda es lo que
queda emergido de Zelandia, como una cadena montañosa que destaca sobre la
llanura.
Zelandia formaba parte del supercontinente Gondwana, formado tras romperse la Pangea hace doscientos millones de años. Hace unos ochenta y cinco millones de años, Zelandia comenzó también a separarse de lo que son las costas de Australia y de la Antártida, moviéndose hacia su posición actual. Y acabó sumergiéndose por completo hace unos veinte millones de años.
Los barcos oceanográficos han podido comenzar a
perforar en las rocas de Zelandia, y se ha descubierto que las rocas que hoy
están a más de mil metros de profundidad formaban parte de una tierra emergida
y de mares poco profundos.
Hasta el momento, los científicos
han sido capaces de analizar casi diez mil ejemplares de esporas y semillas de
plantas terrestres extraídos de las rocas, junto con fósiles de organismos
marinos que vivían en aguas templadas y poco profundas, una prueba irrefutable
de la antigua existencia de tierra emergida. Además, la edad de los fósiles y
el clima coinciden perfectamente con los que había en Godwana justo antes de la
separación de Zelandia.
Lo que todavía no tenemos muy
claro es qué pudo causar que un continente emergido se hundiese en un periodo tan
reciente, dejando menos de un 10% de su superficie por encima del nivel de mar.
Tampoco sabemos si esos procesos podrían volver a darse en el futuro, aunque
dado el ritmo al que se hundió Zelandia, en torno a los cuarenta millones de
años, no parece que sea preocupante.
Preguntas:
1- Escribe de manera sintética cuáles son las principales características generales del Cenozoico
2- Mira el primer vídeo y lee el texto posterior sobre la crisis salina del Mesisiense y explica con tus palabras qué ocurrió y cuando pasó ( localiza en la escala cronoestratográfica donde se sitúa ese periodo)
3- ¿ Por qué se considera al Himalaya como una cordillera excepcional? ¿ Cómo se explica desde el punto de vista de la tectónica de placas?
4- ¿ Cómo puedes explicar que la corteza de la base del Himalaya tenga 75 km de grosor y que encontremos fósiles de trilobites, crinoideos y braquiópodos en la cima del Everest?
5- ¿ Qué pasaría si no hubiera erosión en el Himalaya? ¿ Y si dejara de haber un movimiento convergente en esa zona?
6- ¿ Qué otro factor influyó en la formación del Himalaya y en la sismicidad de la zona, desde el punto de vista de la deformación de materiales?
7- ¿ Donde se encuentra y qué características tiene el el conocido ( entre los geólogos) "séptimo continente"?